Warcraft: El origen (2016)

Qué terrible. Warcraft: el origen. Eso de «el origen» implica algo más, ¿verdad? Una segunda parte lastimera, que se arrastra por la senda de las segundas, terceras, cuartas, quintas y más entregas de sagas que agonizan poco a poco hasta que los estudios de cine les terminan de extraer toda la chicha, toda la historia, todo lo bonito o interesante y acaban, más o menos, así:

warcraft, cadáver, saga

Mi imagen mental de una saga agonizante

Qué triste. Tener que hablar de esta película. Haber ido a verla. Ser buena persona y demasiado complaciente.

Qué pena todo, de verdad.

WARCRAFT, el origen, acabo de salir del cine

El pacífico reino de Azeroth está a punto de entrar en guerra para enfrentarse a unos terribles invasores: orcos guerreros que han dejado su destruido mundo para colonizar otro. Al abrirse un portal que conecta ambos mundos, un ejército se enfrenta a la destrucción, y el otro, a la extinción. Dos héroes, uno en cada bando, están a punto de chocar en un enfrentamiento que cambiará el destino de su familia, su pueblo y su hogar. Así empieza una espectacular saga de poder y sacrificio donde se descubren las numerosas caras de la guerra y donde cada uno lucha por lo suyo. Adaptación del popular videojuego homónimo.

Voy a empezar diciendo que tengo referencias previas de Warcraft, el juego. Mi pareja jugó durante años —a mí me parecieron eones, pero qué voy a decir yo, que soy de un exagerado que asusta—. Tampoco es que me parezca mal, yo dediqué unas cuantas —miles, probablemente— horas al Sacred. Cada loco con su tema. La cuestión es que, sabiendo a qué iba, he usado la recurrente técnica de «va a ser una mierda, va a ser una mierda, va a ser una mierda…» a ver si, por casualidad, no era tan mierda.

Pues no. Es una mierda. Pero en todos los sentidos, además. Vale que yo estoy cada vez más lejos del blockbuster veraniego y que este año me ha dado pereza ver casi todo lo que se pareciera a un mero entretenimiento sin guión, pero es que esta película no hay por donde cogerla: la historia es floja, por no caer en ridícula —además de los cabos sueltos como la razón por la que el Guardián cambia de repente—, sin un punto de originalidad, con aspecto de haber sido reescrita diez veces y montada a base de cortes incoherentes.

Nunca voy a terminar de entender (me pasa también con El señor de los anillos) por qué en mundos habitados por diferentes razas, todas tienen que comportarse igual, y ese igual es copia de cómo se comportaría un ser humano. ¿Qué más da entonces que haya orcos, enanos o elfos? Si son iguales a los humanos, se podrían haber ahorrado todo el tema de caracterización. Podrían ser «humanos de otra parte» y ya. ¿Quién quiere un orco que vive una relación amorosa y es tan paternal como cualquier otra raza, que se enfrenta a los mismos problemas éticos, que se alimenta de lo mismo y donde la única diferencia está en que su sangre es verde? Yo, no.

En todo blockbuster que se precie, hay un personaje graciosete que da el contrapunto al héroe. Aquí el héroe no se sabe bien quién es —yo me inclino por el orco Durotan, un poco menos patético que Lothar— y el que supone es el gracioso, no hace gracia. La chica es una especie de copia barata de Guardianes de la Galaxia —que, por otro lado, tampoco me hizo gracia, lo que refuerza mi teoría de que debería pasar de tanto blockbuster— y el malo da una pena terrible y no tiene justificación para sus acciones —lo siento, «es la magia» a mí no me vale—.

Momentos terribles: «Moisés» siendo abandonado en el río —cuando no sabemos crear una historia tiramos de la Biblia y ya—; el héroe luchando sin botas —vale, se le habían quedado enganchadas en el barro, o eso me han dicho, porque yo me perdí la escena. Juro que no me dormí. Creo.—; y el grifo cargándose orcos, que a mí me recordó a este vídeo:

Total, que lo peor de este intento de hacer algo épico en plan ESDLA no es la falta historia o los personajes vagando de un lado a otro —como en el videojuego, por otra parte. Me han dicho que, si no has jugado, te pierdes referencias interesantísimas. Me lo creo sin más. No pienso ponerme a jugar a estas alturas—. Lo peor es que en China ha sido un súper éxito. Los chinos son un poco raros. Será tema de la cultura. También les gustó Pacific Rim, que fue un fracaso en el resto del mundo. Están grabando Pacific Rim 2 por su culpa. La de recursos perdidos que se estarán destinando ahí.

El hecho de que en China haya gustado significa que el estudio no ha perdido dinero. Y si el estudio no ha perdido dinero, puede plantearse hacer una segunda parte, tal vez con un presupuesto un poco más ajustado, con la esperanza de tampoco perder dinero ahí. Y otros estudios pueden plantearse comprar los derechos de todos los videojuegos online habidos y por haber —si es que no lo han hecho ya— y hacer más películas malas que inunden el mercado y no dejen presupuesto ni espacio ni personal para hacer cosas más interesantes.

Qué triste todo.

Admito, por supuesto, opiniones en contra de la mía. Si habéis visto Warcraft: el origen y os ha gustado: ¿Por qué? ¿Qué le habéis visto que yo no? Desahogaros a gusto 😉

 

Un comentario en “Warcraft: El origen (2016)

  1. Pues a mí sí me ha gustado. EStoy de acuerdo con tus críticas. Odio el hecho de que haya unos orcos buenrollistas y ecologistas, pero es el signo de los tiempos. Después de ver el trailer de la nueva versión hembrista de Ghostbusters, todo me parece mejor por comparación.
    Será que me gustan las batallas y que estoy tan poco acostumbrado a los guiones brillantes como a las comidas gratuitas, pero estuve entretenido toda la película. Y aunque … no, eso es un spoiler y no lo puedo decir.
    Hay batallas, hay imágenes bastante espectaculares y aunque no va a pasar a la historia tampoco es tan mala. Será que me gustan los videojuegos o que tengo algo de chino.
    Muy buena tu crítica en todo caso. Es raro porque coincido en casi todo pero me gustó la película.
    Un saludo.

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