La visita (2015)

Me sorprendo de no haber hablado nunca de Shyamalan, porque estoy bastante seguro de haber visto —casi— todas sus películas (sin proponérmelo). Pero debe hacer bastante tiempo desde la última, porque en el blog no hay nada suyo por mucho que busco (y ya llevo más de tres años con esto).

En todo caso, aprovechando un fin de semana de Rodríguez —muy cinéfilo, como suelen serlo en estos casos— y que mi pareja no quiere ni oír hablar de películas que se promocionen con las palabras miedo o terror, me dispongo a ver La visita (estrenada en 2015, qué barbaridad, cómo pasa el tiempo de rápido, inserte aquí cualquier otra frase manida sobre el tema).

La-visita-M-Night-Shyamalan, acabo de salir del cine, poster

Una madre deja a sus dos hijos durante una semana en la remota granja de sus abuelos, en Pensilvania. Los niños descubrirán que la anciana pareja está implicada en algo profundamente inquietante.

Shyamalan es un director crucificado. Hizo una estupenda primera película, El sexto sentido, y a partir de ahí todo han sido comparaciones: «no está mal pero no es como El sexto sentido«, «es un bodrio, no tiene nada de El sexto sentido«… Nota para futuros directores: no hagáis la película buena a la primera, que luego no vais a poder llegar a ese nivel, ni se os va a permitir experimentar con géneros diferentes, y la gente os va a crucificar hagáis lo que hagáis.

Y sin embargo… en esta ocasión no tengo más remedio que aceptar que La visita no es El sexto sentido. Ni de casualidad. La impresión global que tengo después de acabar de verla es que estoy ante una película que debió concebirse unos quince años antes, a finales de los noventa o principios de los dos mil, más o menos al tiempo que se proyectó por vez primera Blair Witch Project.

¿Por qué? Pues, básicamente, porque no hay innovación ni originalidad alguna en el planteamiento y menos aún en su resolución. También porque se parte de un supuesto muy complejo de creer: una mujer que no ve a sus padres desde hace unos veinte años, recibe una llamada suya y se compromete a enviar a sus hijos de visita una semana para que conozcan a sus abuelos. Madre y abuelos no se han hablado entre sí durante todo este tiempo por un suceso muy impactante / duro / no sé qué que sucedió cuando ella tenía diecinueve años. Suceso que, cuando se descubre, es de un ridículo espantoso y no es viable que hayan estado separados tanto tiempo por ello.

Pero aunque así fuera, hay que creerse la segunda parte: ¿enviarías a tus hijos con unos «ahora» desconocidos, sin ir con ellos, sólo mirando un poco en internet para ver qué están haciendo? ¿En serio? ¿Qué tipo de madre eres? Me parece factible que vayan, pero desde luego no ellos solos.

Y cuando ya empiezas con esta serie de problemas de entrada, poco importa lo que venga detrás. Pero es que, además, lo que viene está ya más que trillado: una adolescente que quiere hacer un documental sobre la visita y que para ello lleva dos cámaras desde cuya perspectiva está grabada toda la película. Es decir, que es una suerte de falso documental, con la mala suerte de que es esta una técnica demasiado usada en los últimos años como para que apetezca de nuevo. Para sumar un dato a nuestro haber, esto se conoce como Metraje encontradofound footage. Ya no podemos decir que esta película ha sido una total pérdida de tiempo.

Sumamos algún que otro susto más o menos previsible y un final que se ve venir a distancia porque Shyalaman ha ido dejando pistas que, en lugar de miguitas, más bien parecen curruscos de pan, cuando no la barra entera.

Así que tenemos un problema gordísimo de guión, que no hay quien se lo crea, una elección pésima de realización para llevarlo a cabo —el falso documental— y, además, unos actores que no ayudan a dar ningún tipo de credibilidad al asunto, en especial los adolescentes, con un niño que no aporta nada —a excepción de unos horribles rapeos que, en la versión en castellano, dan vergüenza ajena y hacen pensar en quién tomó la decisión de doblarlos—, una chica, supuestamente la «adulta» de los dos, cuya capacidad de hacer elecciones acertadas brilla por su ausencia, y unos abuelos que dan más pena que miedo, la verdad. Lo que sí me dio miedo es ese abandonado entorno rural (lo único que destacaría), pero es más por cuestiones personales que porque realmente consiga impresionar con la soledad que rodea la casa.

Para terminar, y tal vez una de las cosas que más me han llamado la atención, está la definición de La Visita como una comedia negra o de suspense. No le veo la gracia por ninguna parte.

¿Hay alguien a favor de La visita aquí? ¿Cuál es vuestra película de Shyamalan favorita? Tenéis los comentarios a vuestra disposición. 

Deja un comentario