Inside Out (2015)

No me gusta todo lo que hace Pixar. Ya lo sé, es un sacrilegio decir algo así, pero es la verdad. No me gusta por encima de todo que en los últimos años se han dedicado a explotar grandes historias para ganar más y más con sagas innecesarias. Ojo, que no digo que el producto no tenga calidad, aunque estará por debajo de la película original. ¿Aviones? ¿En serio? Echad un vistazo a sus películas en producción. De aquí a 2019 no hay —de momento— una sola obra original, sólo segundas, terceras y hasta cuartas partes. Miss you, Pixar.

¡Ah! No me gusta Toy Story. Lo siento. Lo he intentado, de verdad. La he visto un montón de veces y no le encuentro nada interesante. Ya podéis abandonar este blog. No, no lo hagáis, no me vais a juzgar por un solo desliz, ¿no? ¿NO? ¡Eh! Pero Wall-E es maravillosa, Up es maravillosa y Los increíbles es maravillosa (son mis favoritas).

Inside-Out-pixar

Empezamos la sesión con el cortometraje Lava. Un poco flojo para lo que nos tienen acostumbrados, la verdad. Las luces de la sala aún no se han apagado y mucha gente no sabe que la fiesta ya ha empezado. En fin. ¿La música de estilo hawaiano no rima? ¿O es sólo la traducción al español la que no cuadra? En ese caso, ¿hubiera sido mejor subtitular? Dudas y más dudas que le vienen a una a la cabeza mientras disfruta de estos cinco minutitos de calentamiento. Puedes verlo ya si rebuscas un poco —muy poco— por las redes. El pirateo y esas cosas, ya sabéis.

Hacerse mayor puede ser un camino lleno de obstáculos. Riley debe dejar el Medio Oeste cuando su padre consigue un nuevo trabajo en San Francisco. Ella se deja guiar por sus emociones: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza, e intentará adaptarse a su nueva vida en San Francisco, pero el caos se instala en los Cuarteles Generales de las emociones. Aunque Alegría, la emoción principal, intenta mantener una actitud positiva, las demás emociones chocan a la hora de decidir cómo actuar en una nueva ciudad, un nuevo hogar y una nueva escuela.

Lo mejor de la historia es que es de una simplicidad que asusta: una niña se muda de ciudad. ¡Vaya tú qué cosa! ¿Se puede crear algo interesante a partir de ahí? No sólo se puede: han creado una obra brillante, lúcida y compleja sobre el poder de las emociones en el desarrollo de la personalidad.

En lo visual no creo que sea el mejor trabajo de animación. Se han decidido por un estilo más infantil cuando nos sumergimos en la mente de Riley, más bidimensional, si queremos decirlo así, pero funciona muy bien, y son esos contrastes los que nos ayudan a separar uno y otro mundo, aunque en realidad son una sola unidad. Tampoco dejemos de lado que hay un universo de merchandising detrás, y con este estilo de animación es más fácil producir figuritas, tazas y todas esas cosas que, estoy segura, se venderán como churros. ¿No ha salido alguna promoción ya en McDonald’s o en Burger King? ¿Me la he perdido?

Con Inside Out vais a reir. Mucho. Pero también vais a llorar. Sí, he llorado. Sin disimulo, que para eso están las luces apagadas, para poder disfrutar nosotros también de las emociones que se reflejan en la pantalla. Y no he sido la única persona en llorar, os lo aseguro. En la sala se escapaban lagrimillas por doquier, mares de lágrimas y ojos muy, muy fruncidos intentando aparentar una frialdad del todo fingida.

Inside Out es una historia que sabes que ha sido muy complicada de llevar a cabo. Hay un trasfondo neurocientífico (no me acuerdo del nombre del centro asesor, pero aparece en los créditos) que es muy complicado. No se habla sólo de las emociones, sino también de la memoria a corto y largo plazo, la estructuración de la personalidad, el olvido, los déjà vu y un sinfín más de términos que Peter Docter y su equipo han trasladado a la animación en forma de bolitas, almacenes, pozos sin fondo, elefantes, carretillas mágicas… Hacen pensar que todo es sencillo y que cualquiera puede aprender en qué consisten en realidad esos términos. Ya. Seguro.

Un aplauso para ese elogio de la tristeza, de su importancia, de no tener que ser siempre una persona happy-happy. Mi ira se enerva ante los happy-happy. Creo que es muy difícil poder explicar por qué es necesario estar triste, llorar, desesperarse un poco, ver el lado malo de las cosas… y aquí lo consiguen con creces.

¿Alguna curiosidad? Pues, por ejemplo, que la versión en Japón es distinta, porque los niños japoneses adoran el brócoli —Están locos, estos japoneses— así que parte de las bromas de la película no tendrían mucho sentido allí, por lo que esta verdura se sustituyó por… ¿Habéis visto SinChan? ¡Sí! ¡Por pimiento verde, que les da mucho asco!

¡Ah! Al final, en los créditos, está la mejor representación de la mente de un gato que he visto nunca. En serio. Totalmente fiel a la realidad. Os lo dice alguien que ha tratado con muchos, muchos gatos.

¿Es Inside Out la mejor película de Pixar hasta el momento? Vista como escenas sueltas, no lo creo. Hay momentos sublimes en otras de sus películas, como la increíble escena inicial de Up. Pero en conjunto, yo diría que es posible que sea la más completa, la que tiene una historia más realista sin alejarse de su trasfondo animado y de su pretensión de revolver las emociones de niños y adultos —aunque no de la misma forma—.

Aprovechad y corred a verla. Quién sabe cuándo volverá Pixar a deleitarnos con algo así. Os dejo con la mejor frase de la película, pronunciada por Miedo:

Hoy no nos hemos muerto, es lo que llamo un éxito total

Deja un comentario