Steve Jobs (2015)

¡Los Globos de Oro ya han pasado! Este año ni me he enterado, la verdad. Pero no sucede nada, porque los Globos de Oro son esos premios que no le interesan a nadie y que no valen nada. ¿Y quién dice semejante barbaridad? El presentador de la gala (por cuarta vez), Ricky Gervais, uno de los dioses del humor negro:

Magnífico, como siempre. Del resto de la gala no he tenido tiempo de ver nada, así que os dejo los ganadores y os apañáis con eso.

Por cierto, mañana se anuncian las nominaciones a los Oscars. Creo que en horario de España son sobre las dos y media o así. No me hagáis mucho caso que no lo he comprobado. Es a las 5:30 PT. Es un momento crítico, porque hay que coger el calendario, la lista de fechas de estreno y decidir qué ver y cuándo verlo. Es posible que en las próximas semanas haya dos entradas por semana, como hice el año pasado. Veremos. Serán entradas cortitas.

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¡Qué cartel más blanco! ¡Qué mal queda sobre el fondo del blog! ¡Qué horror!

Biopic del mítico empresario y programador informático Steve Jobs (1955-2011), centrado en la época en la que lanzó los tres productos icónicos de Apple.

Ofrezco a mi acompañante dos películas para elegir: Jobs o la de la mujer que inventó la fregona. Elige Jobs. No se da cuenta de que, en realidad, da igual cual escoja porque va a ver las dos. Soy cruel.

Inauguramos la temporada de biopics. Sed magnánimos.

La primera escena de la película:

Clarke era un visionario y un genio. De ahí la inclusión.

A ver cómo explico esto rapidito: Jobs era un señor muy, muy egocéntrico, de los de bofetada con tarta de nata en la cara, de esa gente a la que te apetece darle una patada, que se lo lleve un tornado y que desaparezca de tu vida, cuanto antes mejor. Un señor a quien tal vez le hubieran venido bien una colección de psicólogos o mejor aún, de psiquiatras, que esos recetan. Jobs era un visionario, por supuesto, con una idea clarísima y poca percepción del momento adecuado para llevar a cabo esa idea (esto es muy fácil de decir a posteriori, no creais que no me doy cuenta). De ahí que se diera más de una ostia monumental. Pero él como si nada, impertérrito, con sus milloncejos que no hacen más que crecer tenga éxito o no. ¡Qué cosas! Además tenía ciertas taras sociales, dificultad para explicar sentimientos y para reconocerlos en los demás. En realidad hay momentos en que tiene problemas hasta para darse cuenta de que hay más gente en el universo. Y para acabar: Jobs tiene una mente diseñada para la multitarea. Capaz de darle vueltas a cuatro o cinco cosas al mismo tiempo. Bárbaro.

Y tenemos aquí a Michael Fassbender haciendo de Jobs (no es ni el primero, ni el segundo, ni tampoco el tercero). En 2015 ha estrenado seis películas, se dice pronto. Y yo creo que se crece en cada una. Empezó a actuar en 2007, así que imaginad lo que le queda por delante.

Pero yo prefiero sin ninguna duda a Kate Winslet. Esa mujer que, como DiCaprio, no se quitará nunca el san benito de Titanic, pero que es una actriz como la copa de un pino. Interpreta a Joanna Hoffman, responsable de marketing de Macintosh y Next, pero que yo definiría como «el muro de contención». Porque Jobs necesita un muro de contención. A todas horas. Necesita golpes y más golpes de realidad y ahí está ella para recordarle que hay algo llamado asuntos personales, que no puede vivir de espaldas a la vida… esos pequeños detalles. Está grandiosa.

Cosas que me han gustado de la película:

  • No es una biografía al uso. Son tres momentos clave que coinciden con la presentación de tres productos: Macintosh en 1984, black cube de Next en 1988 y el iMac en 1998. Nos ahorra todo eso de que nació, creció, le salieron granos en la adolescencia… Tres momentos puntuales de tensión, de estrés, esos minutos donde sale lo mejor y la peor bazofia. Al grano. Sí hay un par de flasbacks para recordarnos que Jobs empezó en uno de esos garajes americanos que jamás han servido como garajes, porque se utilizaban como trastero o como habitación auxiliar. Por eso en las películas los coches están en el camino de entrada al garaje. Total, que a Aaron Sorkin le han dado el Globo de Oro al mejor guion adaptado y me parece bien.
  • Para ser una biografía, no es aburrida. Probablemente por lo que he dicho antes. Hay más razones, claro. De índole más técnica. Los planos son muy rápidos, los personajes están todo el rato en movimiento —que si quítame ese foco que me ciega, que si dónde se ha metido la niña—… y la música. La música ayuda a mantener la tensión. A media película me dije: ¡esto suena muy bien! Y es algo en lo que no me suelo fijar más que cuando me doy cuenta de que encaja bien. O cuando es muy repetitiva (véase Harry Potter). Y mira por donde, resulta que es de Daniel Pemberton. Vamos a tener que seguirle la pista al chaval —con 38 años se es chaval todavía, ¿no?—. No le han dado el Globo de Oro (estaba nominado) y me parece fatal.

Cosas que no me han gustado de la película:

El final. Lo siento pero no. No vale decir: y ahora Jobs, además de ser un genio, también se ha vuelto buena persona. No puedes pasar dos horas demostrando que es un cabroncete para luego dejar caer que, en el fondo, fondo, es un angelote. Vale que entre el segundo y el tercer acto han pasado diez años y que diez años dan para mucho, pero si no lo justificas en la película de alguna forma visible, no vale.

Aun así, os la recomiendo. Otra semana ya si eso hablamos de la fregona.

Por cierto, el guión de Sorking está basado en este libro de Walter Isaacson. Lo tengo en casa, aún no lo he leído, es muy gordo, tiene las tapas duras y pesa. En vacaciones ya si eso.

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