Zombi: el amanecer de los muertos vivientes (1978)

Tenía yo un poco abandonado el género de los zombis (esto no lo incluyo, aviso desde ya). Pero con la lectura de este libro, me ha entrado mono de revisar toda la filmografía de George A. Romero. A eso voy a sumar que, por una vez, he hecho las cosas bastante bien y la primera de su heptalogía (sí, siete: seis películas y una serie en cómic) ya ha aparecido por aquí hace cosa de un año.

Por una vez, empiezo la casa por los cimientos.

La epidemia que hace resucitar a los muertos convertidos en seres ávidos de carne humana se ha extendido, llegando al punto en el que varias ciudades han quedado prácticamente desiertas. Los supervivientes deben refugiarse en zonas militares ya que los zombies no dudan en acabar con sus propios familiares… Continuación del clásico de horror de George A. Romero «La noche de los muertos vivientes» (Night of the Living Dead, 1968).

Diez años han pasado entre la primera parte y esta y, donde en la primera todo era innovación, aquí la declaración de intenciones de Romero es muy clara: vamos a jugar a matar zombis (y gente), pero también vamos a criticar todo lo criticable.

Esta secuela (coproducción italiana con fondos obtenidos por Dario Argento; el dvd contiene una serie de entrevistas a la parte italiana que viene a decir que la película de Romero, pues bien, pero que si triunfó en Europa fue gracias a ellos, que hicieron una versión con menos metraje, más cortes y una música completamente diferente), comienza poco más o menos donde finaliza la anterior. La invasión zombi es aún incipiente y el caos se ha desatado a gran escala en la mayor parte de las ciudades estadounidenses.

De nuevo, Romero juega la baza étnica: el personaje con mayor protagonismo es un militar negro y se revela como el más preparado no sólo desde un punto de vista de defensa propia, sino también es quien tiene las ideas más claras y mayor capacidad de organización y adaptación. Tal vez, si alguien destaca por encima suyo es, en una medida aún residual pero que predice lo que serían las siguientes etapas del director, Fanny, la única mujer del reparto. Aunque su presencia es aún limitada, ya no se trata de un pelele en manos de los hombres o sometida a un shock post traumático como sucedía en la primera parte, sino que empieza a intuirse su presencia como una fuerza imparable. Aquí exige ser tratada como una igual, tener responsabilidades, no ser dejada al margen en la toma de decisiones y aprender a disparar y pilotar un helicóptero, entre otras cosas.

Pero, si algo destaca en Zombi, es el centro comercial. Casi es un protagonista más de la historia. El centro comercial es el templo del capitalismo mal entendido, del consumir por el consumir sin sentido. Y ahí, en ese escenario, juega Romero con sus imágenes a sugerir o a dejar claro que apenas hay diferencia entre maniquíes, zombis y humanos: el comportamiento de estos últimos es tan obsoleto, tan arraigado en falacias de riqueza, que es imposible sustraerse a que tal vez no haya salida viable para la supervivencia. Romero comienza a sentar las bases de futuras entregas: cuando los muertos se levantan, no tiene sentido que los vivos luchen, dice un cura negro al comienzo de la película; Fanny afirma que no serán los muertos quienes acaben con la humanidad, sino la cobardía de los hombres.

En esta entrega, la violencia sufre un giro: no es ya ejercida por los zombis, sino que son receptores de la ira de los humanos que, además, aprovechan el caos para matarse entre ellos y lo convierten en un ejercicio de diversión sin control, más que en una operación de erradicación de una amenaza.

Aunque estéticamente no me ha llamado demasiado la atención —el color no mejor la impresión que el blanco y negro causaba y la estética setentera no ha envejecido bien, además de tratarse de una película de bajo presupuesto—, el planteamiento es mucho más interesante que el de la primera entrega.

¿Eres aficionado al género de zombis? ¿Te consideras seguidor de las películas de Romero? ¿Cuál es tu favorita? Tienes comentarios a tu disposición.

También en el blog: