Ida (2013)

«Una delicia para los conocedores, una obra singular en estos días, que encontrará un nicho a nivel internacional entre los que tienen gustos refinados.»  Todd McCarthy: The Hollywood Reporter

Por suerte, no se me ocurrió leer esto antes de ver la película. Película que, por otra parte, llevaba más de un año en mi estantería y para la que no había encontrado el momento adecuado. Tal vez eso sea un problema: tal vez el tiempo de espera hace crecer las expectativas; tal vez es que yo no tengo un gusto demasiado refinado. Tampoco es un problema.

ida, acabo de salir del cine, poster

Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se remonta a la terrible época de la ocupación nazi.

Ida resultó vencedora en la categoría a mejor película extranjera (esa categoría extraña, cuando menos) en 2015, lo que es llamativo porque la película es de 2013. Su director dio uno de esos discursos locos que sueltas cuando estás muy nervioso y dabas por sentado que no ibas a ganar de ninguna de las maneras y acabas diciendo (traducción libre):  «gracias a mi equipo, que estarán todos borrachos, y gracias a mis padres que están muertos pero creo que lo verán. ¡Ah! Y a mis amigos y familiares vivos también.» Es un discurso precioso, vedlo:

Y resulta curioso, porque ese año había grandes competidoras. Desde Relatos salvajes (que, en mi opinión, no es una película, sino un conjunto de cortometrajes entrelazados), pasando por Leviatán o Tangerinas. Pero la ganadora fue Ida, intimista, expresionista y, hay que decirlo, rodada en blanco y negro.

Todo en la película deja tras de sí un poso de calma: desde la ausencia de color a los prolongados silencios —tramos sin apenas banda sonora, donde el ruido ambiente se hace patente, combinados con música jazz y rhythm and blues—; un reparto casi inexistente y reducido a Anna y su tía que se deslizan de forma sombría y contenida por el metraje, sin expresar apenas sentimientos. Anna, criada en un orfanato católico, ha recibido una educación basada en esa religión que premia el silencio por encima de todo; su tía pasa por un momento de la vida donde el pasado la reconcome y se aísla en la bebida y en los cuerpos de los hombres que encuentra por los bares.

Es Ida una de esas películas donde no estás segura si la elección de blanco y negro por parte del director es lo que más ha pesado en la dirección de la academia. ¿Es el blanco y negro en el cine moderno símbolo de una película de estatus superior? Para mi no, pero está claro que hay quien se deja influenciar por estas cosas. A ello se suma una serie de características técnicas: planos muy cercanos donde los rostros de los actores tienden a situarse el el tercio inferior de la pantalla, dejando el resto al vacío del paisaje o bien la decisión de que la pantalla ocupada fuera más estrecha, dejando franjas negras en ambos laterales (anda que no pasé tiempo ni nada intentando descubrir cómo se configuraba el formato de pantalla de mi televisión, todo para nada).

Ida enseña pero no cuenta; habla de la fobia de los polacos a los judíos y de cómo ayudaron a su aniquilación, pero tampoco se centra en culpables, sino en cómo afecta todo ello a la joven que, criada católica, descubre que en realidad era judía y cuya obsesión es lograr que sus padres descansen en una tumba. Tal vez demasiado parca, tal vez demasiado silenciosa, un grito de dolor hubiera cambiado el tono pero habría añadido sentimiento.

Ida no se me ha hecho larga —no llega a los ochenta minutos de duración—, pero tampoco me ha dicho demasiado salvo, tal vez, el destino final de ambas protagonistas que no es el que esperaba. En todo caso, y como bien comentaba al principio, tal vez es que yo no tengo gustos refinados.

¿Habéis visto Ida? ¿Qué os pareció? ¿Y alguna otra de las candidatas de ese año? Tenéis los comentarios a vuestra disposición 

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