Un día perfecto (2015)

Dos películas españolas en lo que va de año. No me pega. Es preocupante. Esta, mal llevada. ¿Y qué me ha parecido Un día perfecto? Vamos a por ello..

En una zona en guerra con los cascos de las Naciones Unidas tratando de controlar la situación, varios personajes viven sus propios conflictos; Sophie quiere ayudar a la gente, Mambrú quiere volver a casa, y Katya quiso una vez a Mambrú. Por su parte Damir quiere que la guerra termine, Nikola quiere un balón de fútbol, y B no sabe lo que quiere. Un grupo de cooperantes trata de sacar un cadáver de un pozo en una zona de conflicto. Alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. Pero la tarea más simple se convierte aquí en una misión imposible, en la que el verdadero enemigo quizá sea la irracionalidad. Los cooperantes recorren el delirante paisaje bélico tratando de resolver la situación, como cobayas en un laberinto.

Benicio del Toro. Las arrugas de Benicio del Toro. Las más que preocupantes bolsas y ojeras de Benicio del Toro. No puedo saber si me gusta cómo actúa o no. Yo diría que sí. Sale en Snatch, Cerdos y Diamantes y eso es un punto a favor. Me despistan esas bolsas en los ojos y esos ojos pequeños, tan cerrados los párpados sobre ellos que se diría que quieren proteger las pupilas cristalinas. Pero al menos es un rostro con carácter, reconocible, no como los de todas esas estrellitas del momento que no consigo distinguir y total, para qué me voy a esforzar, si dentro de cinco años nadie se acordará de ellas. De Benicio del Toro sí. Otro punto a favor.

Decir que la película es española tal vez sea un poquito exagerado. Fernando León de Aranoa, el director, es español —me acabo de dar cuenta de que no he visto ninguna otra película suya, aunque anda pululando por casa Los lunes al sol y creo que vi un fragmento de Princesas en uno de esos zappings frenéticos de domingo por la noche—. Se ha rodado también en España, y desconozco si el perfil de los Balcanes se asemeja o no en algo a lo que se ve en la pantalla. Pero todos los actores son extranjeros —salvo Sergi López, que tampoco sale demasiado— y gran parte del equipo técnico lo es también. La pasta parece ser que es española, así que vale, aceptaremos barco.

La película me ha provocado una división interna: por un lado cuenta unos hechos dramáticos, en un momento en que se supone que la guerra ha terminado y se están concretando las propuestas de negociación con la ONU ejerciendo de intermediario (Inciso: la ONU queda en esta película como una panda de burócratas incapaces de mirar más allá de su barriga que se niegan a facilitar ayuda a la  gente por no incurrir en contradicciones con las normas que ellos mismos dictan. Un despropósito.). Pero la situación real es que sigue existiendo una opresión que se manifiesta en forma de vacas muertas en las carreteras —adivina adivinanza por qué lado la tienes que sortear para no caer en una mina explosiva— y de muertos en los pozos de agua, con el propósito de envenenarla. Todo es terrible, con un punto salvaje, con una población local cansada, sin fuerzas para luchar.

Todo es terrible y sin embargo la película no logra transmitirnos ese horror. Las escenas son frías, carentes de dramatismo, sosas incluso. No hay rastro de la ansiedad que debería procurarnos. Sólo al final consigue levantar un poco el vuelo, pero en general pasa sin pena ni gloria por la situación. Creo que parte de la culpa es de la música. O de la ausencia de música. Porque no hay en la película sonido alguno, salvo cuando van en el vehículo, momento en que nos trasladamos a Twister o a Resident Evil 3 y suena rock a todo trapo. Horrible. Desconcertante. ¿Por qué? ¿A quién le pareció una gran idea? No lo sé. Pero no encaja y hace aún más difícil ese climax que no termina de llegar.

Sin embargo, me ha gustado mucho el final, esa idea de que no importa lo que hagas, al final llega la lluvia y se lleva todo tu trabajo con ella. Una escena muy lograda, intimista…

Podría decir que empezamos con un cinco y acabamos con un siete.