Spectre (2015)

A mi no me atrae mucho James Bond. Le veo un no sé qué que qué sé yo… bueno, algo sí que sé: es un engreído, pero no de esos engreídos con atractivo, no. Un engreído de los de bofetada en la cara. Cree que es todo muy fácil, pero qué haría sin ese séquito que le deja motonieves y rifles y trajes bien planchados en todas partes, ¿eh? Pues sería un cadáver con el traje lleno de arrugas. Y de agujeros, claro.

Spectre. sam mendes. Daniel Craig. Acabo de salir del cine. James Bond

Lo primero de todo: los títulos de crédito iniciales. Los créditos en James Bond son básicos, porque dan pistas sobre el tono de la película. Sí, también salen cimbreantes perfiles de mujeres poco vestidas. He ahí uno de los puntos álgidos de estos créditos: la mujer y los tentáculos de pulpo. ¿Sabes qué es el hentai? Si no, búscalo en la Wikipedia que todo lo sabe. La conexión mental es tan rápida entre ambas imágenes que no sabes qué hacer para quitártela de encima en toda la película. Tema parte es la canción interpretada por Sam Smith. A ver: el chico no llega a los tonos altos. No pasa nada. Yo tampoco llegaría. Eso no hace de él mejor o peor cantante. No puede con la canción y punto. Lo ha admitido en alguna entrevista. La canción es una mezcla constante de graves y agudos que no va a quedar bien posicionada en la lista de mejores temas musicales de Bond. Alguien debería haberse dado cuenta, claro. Pero hay tantas cosas que «alguien» ha pasado por alto…

La película, para ir a lo directo, es aburrida de principio a fin. Demasiado larga. Dos horas y media para contar poca cosa y contarla mal. De las escenas de acción, me quedo con la inicial en México. Que no lo he dicho, pero en esta película nos toca pasear por por Londres, Austria, México y Tánger. Supongo que, juntando todas las películas de Bond nos quedarán pocos países por visitar en el mundo. ¿Hay alguien que se haya dedicado a hacer un mapamundi de localizaciones o algo así? Seguro que sí. Investigaré sobre el tema. Fuera del Día de los muertos en México, lo demás es de un absurdo… Pongamos, por ejemplo, la explosión de la guarida secreta —tan secreta que aparece en Google Maps—. Es la explosión menos creíble desde Independence Day. Y eso es mucho decir.

Spectre se hace larga también porque hay una manía que ningún director o guionista de la saga ha conseguido quitarse de encima hasta ahora: Tiene que haber dos chicas Bond y dos malos, uno malo a secas y el otro un gran archienemigo. En este caso, la chica que sobra es Mónica Belluci. ¿Cambiaría algo la historia si no apareciera? No ¿Es un placer verla en la pantalla? Siempre. Es una actriz de presencia, de comerse todo y a todos los que están a su alrededor aunque no diga ni una palabra. Pero no aporta nada en absoluto al guión. Y su doblaje es horrendo.

El malo a secas es Dave Bautista, al que todos los que éramos infantes entre mediados de los ochenta y mediados de los noventa guardamos un cariñoso recuerdo gracias a WWF. No dice casi ni una palabra en toda la película —eso que se ahorran en dobladores— y tiene cara de buena persona. No como Craig, que con esas orejas de soplillo, la nariz deformada y los ojos cuasicerrados parece muy mal tío.

Pasemos ahora de los secundarios a los menos secundarios. Léa Seydoux. La mujer capaz de conseguir que Bond lo deje todo por ella a pesar de que no se le quita la expresión de asco en todo el metraje. Está ahí como quien espera en la cola del supermercado, con una mezcla de resignación y hastío de la vida. Lleva algunos de los estilismos más ridículos que hemos visto en el cine últimamente —reservando el puesto de honor, por supuesto, a Jurassic World—. Porque lo más lógico cuando te vas a una ciudad desértica, llena de polvo y con los suelos sin pavimentar es llevar ropa blanca y tacones. ¡Ah! Además, Léa tiene poderes mágicos: se acuesta vestida en la cama del hotel de Tánger y se despierta con un salto de cama en raso crudo monísimo. De eso tampoco se ha dado cuenta nadie, por lo que parece. Pero sus poderes van más allá: desaparece de escena cada vez que no se sabe bien qué hacer con ella. Es el caso de la pelea en el tren: le dan un golpe que la deja —supuestamente— inconsciente en el suelo, pero luego ya no se la ve más en el vagón mientras Bautista y Craig se lían a mamporros. Yo apuesto porque estaba cambiándose de vestido, que ese seguro que se había manchado ya.

Christoph Waltz. ¿Por qué, Christoph Waltz? ¿Por qué dejas que te hagan esto? ¿Tanto te han pagado? A mi Waltz me enamora. En serio, me gusta mucho como actor. Tiene cara de pillo. Pero no de archienemigo. Además, tengo un problema terrible con los archienemigos de Bond: son todos terriblemente idiotas. Porque hay que ser idiota para, cuando ya tienes todo listo para dominar el mundo, con sus seis mil millones o así de habitantes, parar a contarle a un tipo engreído los más nimios detalles de tu plan malvado, amén de dejarle entrar sin ponerle pega alguna en tu guarida. Eso es de no tener las prioridades claras en la vida. Y Waltz es uno de los malos de Bond con la motivación más insignificante y patética que te puedas imaginar. Que esa es otra: se suelta la bomba de que Bond tiene un hermano pululando por ahí y ni fanfarrias ni platillos ni nada: una triste foto en un repisa y ya. Andrew Scott hubiera sido un malo principal mucho más digno, porque ya de entrada tiene cara de retorcido y porque tiene un acento muy inglés. Que no lo hace mal como jefe del MI5 y es de los pocos que se salvan.

Yo me quedo con la sensación de que el mejor personaje de la película es el edificio semiderruido del MI6, porque tiene presencia, se nota que encierra secretos… y van y lo derruyen. Terrible todo.

Al final Bond hace una tontería sin sentido para intentar, de algún modo, cerrar el ciclo Mendes y Craig. Pero no te preocupes, que los guionistas ya maquinarán alguna chorrada off the record para librarse de Léa en la próxima entrega. Por cierto, que hay quien dice que el próximo Bond será negro. Total, si tenemos un Spiderman negro y una MonnyPenny negra, qué más nos da.

Y ya, para cerrar esta etapa de Bond, aquí os dejo mi clasificación personal de las películas protagonizadas por Craig:

  1. Casino Royal: por saber romper con energía la imagen de Pierce, que falta le hacía. Y porque sale Eva Green.
  2. Skyfall: vale. Me dormí a media película y no sé qué pasó con Javier Bardem. Da lo mismo: ahí está mi amada Escocia para salvar cualquier problema.
  3. Spectre.
  4. Quantum of solace: No había nada que funcionara en esa película.

Por cierto, ¿no te gustaría tener el aparatejo ese de Q que, poniendo un anillo encima, te ofrece el listado de los miembros de una organización secreta? ¡Cómo avanza la tecnología! Y otra cosa: desconfía de las películas que tienen cuatro guionistas acreditados. Eso quiere decir que hay otros tantos en la sombra. Eso quiere decir que las ideas no estaban nada claras.

¿Has visto Spectre? ¿Qué te ha parecido? ¿Cuál es tu película favorita, si la tienes, de Bond?

2 comentarios en “Spectre (2015)

  1. A mí Patricia la película me gustó. La presentación un desastre en música e imágenes. Craig de James Bond no me da el pego, tiene cara de matón ucraniano más que de dandy del servicio secreto. La protagonista no me seduce y en mi opinión le sobra bastante cadera.
    Aún así, fue entretenida, y cumplió con lo que se espera de una película de James Bond. Ah y sobre todo no salió Bardem, odio a Bardem.
    Un saludo y enhorabuena por la crítica.

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    1. Uy, pues yo creo que Bardem en No es país para viejos está estupendo. Eso sí, no entiendo la obsesión que tienen en Hollywood por caracterizarle de esas formas tan raras…
      Para una película de James Bond, si te resultó entretenida, creo que cumple con su objetivo más que de sobra.
      Muchísimas gracias por la alabanza y por pasarte a saludar.

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