The big short (2015)

La carrera de los Oscar. Carrera para el espectador, claro, que ve (hablo de España) cómo se estrena el ochenta por ciento de las candidatas en poco más de mes y medio. Y yo me pregunto, ¿eso le va bien a las distribuidoras? ¿no se podía espaciar un poco más el tema? ¿No hay demasiados focos de presión en mi vida como para sumarles una chorrada más?

Cuando hay un candidato claro, la cosa se simplifica: ves esa película y después lo que puedas. Pero cuando «The revenant» gana en los Globos de Oro, «Spotlight» en los Critic’s Choice Awards y ahora «The Big Short» –traducida en España como La gran apuesta, aunque al parecer el título tiene más miga de la que parece en un principio– consigue el premio del PGA, otorgado por el Sindicato de Productores, la cosa se complica y uno no sabe por dónde tirar.

Hablemos de economía.

the big short, poster, la gran apuesta, acabo de salir del cine

Cuando cuatro tipos fuera del sistema descubren que los grandes bancos, los medios de comunicación y el gobierno se niegan a reconocer el colapso de la economía, tienen una idea: «La Gran Apuesta»… pero sus inversiones de riesgo les conducen al lado oscuro de la banca moderna, donde deben poner en duda todo y a todos… Adaptación del libro “La gran apuesta” de Michael Lewis, que reflexiona sobre la quiebra del sector inmobiliario norteamericano que originó la crisis económica mundial en 2008.

Creo que voy a empezar por el final: Que ascazo da todo. De verdad. Que mal cuerpo se me ha quedado, que insignificante me siento, que absoluta sensación de vivir en la inopia. Ese era el objetivo, ¿no? Demostrarnos que los bancos son malos, los gobiernos son malos, las empresas de calificación son malas. Todo el mundo es malo menos el pobre tonto de clase media que no se entera de nada. Y que, no lo olvidemos, tampoco parece querer enterarse de nada. Porque esa es otra de las lecciones que The big short nos quiere transmitir: está todo ahí, pero claro, si prefieres mirar hacia otro lado… atente a las consecuencias. De ahí la cita de Mark Twain que abre la película:

“Lo que nos mete en problemas no es lo que no sabemos, sino las cosas de las que estamos seguros pero no son ciertas».

Los bonos hipotecarios eran cosa segura. Seguro.

Esto a rasgos generales se entiende. Ahora bien, a nivel de detalle no me he enterado de casi nada. Mis estudios de economía son muy, muy reducidos. Todavía hago el cálculo mental a pesetas cuando me lío con un precio. Así que cuando se empiezan a mencionar términos como subprime, cdo, cdo sintético —me he quedado con que es lo peor de lo peor— swaps o bien con cantidades de orden de cientos o miles de millones de dólares… se me escapan muchas cosas. Y creo que al público general también. Y cuando se te escapan muchas cosas, corres el riesgo de pensar que te están timando porque no encuentran la forma de hacer esos términos comprensibles. Vale, usan una Jenga —mola—, a Margot Robbie metida en una bañera de espuma— no creo que eso sirva para mantener la concentración en lo que está explicando— o a Selena Gómez perdiendo diez millones como si nada en un casino. Muy gráfico todo, pero insuficiente.

Al menos se entiende lo global.

A nivel de actores —porque son casi todo actores—, el que más me ha gustado ha sido Christian Bale, interpretando al típico genio socialmente inepto que raya en el autismo y que, por si eso fuera poco, tiene un ojo de cristal, pero que es la única persona que vislumbra, con años de antelación, que todo se está yendo al garete. Steve Carell no ha terminado de convencerme, pero admito que todavía tengo The office en mente y me cuesta sacarle de papeles cómicos. En su caso dirige una mediana agencia de inversión y tiene una cruzada personal contra las grandes firmas que no se preocupan de la gente sino de sacar más y más dinero de donde sea. Es un idealista bocazas, deslenguado, con un equipo igual de bocazas y deslenguado que él.

Ryan Gosling aparece con un broncead de color naranja y es el que juega a hablar con el espectador, el que cruza la famosa «cuarta pared». Tengo mis reservas con este recurso, no me suele gustar demasiado y lo admito más en películas con matices más cómicos. Pero todo en The big short tiene un tono excéntrico, un aire de caballo desbocado, así que acepto barco. Gosling es un corredor de bolsa sin escrúpulos, ese personaje que imita a pequeña escala lo que va a suceder a nivel de entidades bancarias: siempre gana.

El cuarto personaje que se ha destacado en la promoción (no se corresponde con el nivel de presencia en pantalla, pero ya sabemos que en marketing eso no importa demasiado) es Brad Pitt, un exbroker que ha decidido separarse de ese mundo corrupto y dedicarse a cultivar semillas. Está claro que Pitt tiene en mente la producción en este momento, así que, si se puede reservar un papelito con moralina, pues bien; y si no, mientras que gane pasta, no creo que le importe demasiado. Aparece por ahí pero sin aparecer. Es como un espectro.

En resumen: me gusta la idea que transmite, no me convence tanto la puesta en escena innovadora —me estoy volviendo viejuna, qué horror— y, a nivel de actores, me quedo sin duda con Bale, aunque no creo que sea lo más logrado de su historial. Ni lo de ninguno de los otros, de paso. Y ya vale de ponerle caracterizaciones cutres a Steve Carell, menuda mofeta le han colocado en la cabeza.

Y recordad: creéis que tenéis dinero, pero no. Sólo tenéis bits vacíos que no significan nada. Terrible.

Me voy a leer La crisis ninja, a ver si me aclaro un poco.

Mi particular carrera de los Oscar:

¿Has visto ya esta película? ¿Eres de los que te obsesiona un poco ver todas las candidatas o te da igual?

4 comentarios en “The big short (2015)

  1. A mi me gustó pero confieso que en un pasado remoto trabajé en titulacización de activos y por tanto sabía de qué hablaban. Me quedó la sensación de que el 80% de la sala se había perdido a mitad de película. La sensación, como la tuya, es de salir del cine pensando «qué mierda todo» y la seguridad de que está ocuriendo otra vez. A mi me gustó más Ryan Gosling que Bale pero reconozco que es más mi tipo.

    🙂

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    1. En cuestiones de tipos no hay más que decir 😉 A mi es que ese bronceado naranja me tira hacia atrás 😛
      Desconocía ese pasado financiero tuyo –como si tuviera que conocer tu pasado, ya ves :P–
      Muchas gracias por pasarte a comentar, Ana

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  2. Bale me pareció que se interpreta a si mismo, introspectivo, callado, analizador y autista (el mecánico, batman, American psico, y otras mas) así que no me inspira mucho más… me pareció más relevante y caracterizado Steve Carrell (la peluca sobraba, ese cierto)… La película es densa, pero?… cuando las matemáticas no lo han sido?, a eso se juega cuando se ven películas de finanzas y economía. Hacer un guión de este tema hace el mérito a su nominacion, igualmente bien dirigida y editada. A mi me gusta esa mezcla de narración y hablar a la cámara (será por House of Cards? seguramente jajaja). Considero finalmente que es una película para un público más selecto, es decir, no llevaría a mi mamá a verla, o a un primo menor jajaja, como dicen en Colombia, es ladrilluda (dicese de película difícil de digerir, entender y disfrutar).

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