¡Qué bonito el cine cuando te encuentras con gente y con famosetes y sabes que, si no te gusta la película, al menos podrás cotillear! Que no es el caso, pero es un consuelo. Un famosete hubiera necesitado yo aquí. Bueno, igual no, porque estaba tan alucinado que no podía quitar el ojo de la pantalla.
Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares contratan a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Conforme la mujer aprende a comunicarse con los extraterrestres, comienza también a experimentar flashbacks extremadamente realistas que llegarán a ser la clave que dará significado a la verdadera razón y gran misterio de esta visita extraterrestre…
No me apetecía a mí mucho ver esta película. Aún menos ver Passengers, cuyo trailer se proyectó justo antes de La llegada. No sé bien cómo se eligen los trailers previos. Supongo que tienen que ver con la distribuidora, por un lado, y que coincida el público objetivo, por otro. Aunque a veces sea como juntar churros y merinas. Pero qué pereza de avance, de verdad.
Al lío. La llegada empieza mal. Con una escena lacrimógena de una madre a la que se le muere la hija. Estoy hasta arriba de escenas lacrimógenas. Así que me predispongo a que no me guste. Esto dura, más o menos, hasta la mitad del metraje, que es cuando la cosa empieza a remontar. Demasiado tiempo para captar mi atención. Hay que añadir que el director, Denis Villeneuve, ha optado por una decisión estética discutible, teniendo en cuenta que se trata de una película de ciencia ficción. Cuando te esperas que todo será a bombo y platillo, te encuentras con que tiene cierta apariencia de bajo presupuesto. Planos muy lejanos o muy cercanos y parece que se ve el grano en la pantalla. En el fondo, está jugando con nosotros: te vendo una película fantástica, pero no. En realidad, te estoy dando una reflexión intimista sobre todo aquello que me pasa por la cabeza.
A partir de la mitad, empiezan los giros y las piezas comienzan a encajar, y todo mejora. Menos Jeremy Renner, que no sé qué pinta ahí. Además de para soltar una de las frases más lamentables y cursis y patéticas al final. Bueno, sí, cuando llega el final y encajas las piezas sabes por qué tiene que estar, pero es que no pinta nada ni hace nada, además de sostener una pizarra. No se quita de encima el aspecto de buen chico pagafantas. Hasta que descubres que hizo de Dahmer, el carnicero de Milwaukee, al principio de su carrera. Tengo que buscar esa película. Por curiosidad.
Así que centrémonos en Amy Adams, que es la protagonista y el centro de todos los temas que se tratan. Por un lado, ¿qué harías si supieras todo, si conocieras el futuro? ¿Te arriesgarías a vivir de nuevo lo malo a cambio de los buenos momentos, o tratarías de cambiar cómo van a suceder las cosas a riesgo de no saber si habrá otros momentos que los sustituyan?
Por otro lado, resulta bastante interesante el tema del lenguaje, aunque me parece que, como sucede con otros aspectos, es un engaño: En realidad, no importa que no se pueda descifrar, porque el mensaje final no llega a interpretarse de forma adecuada. Son las emociones el hilo conductor de la historia, más poderosas que cualquier símbolo o sonido.
Sin embargo, yo no he terminado de conectar con la película. Puede ser porque no soy padre (es una impresión que tengo con muchos libros o películas que tienen la familia como eje vinculante, y es una apreciación muy subjetiva). Puede ser porque me ha costado la vida entrar de lleno en la historia. Puede ser porque, aparte de Adams, no me queda claro la función del resto de los personajes más allá de hacer de comparsa y decorado.
Sí admito que el final está bien cerrado, que el ciclo se completa y que todo encaja. No voy a ponerme a deliberar si tiene sentido el juego espacio – temporal. Ya habrá quien lo analice y diga que es todo un sin sentido. A fin de cuentas, es ciencia ficción.
Hay quien, con ese ánimo de crear titulares rimbombantes, afirma que es el mejor estreno del año. Ni de lejos. Ya veremos si nos acordamos de ella dentro de un año, pero no apostaría por ello.
¿Has visto La llegada? ¿Qué te ha parecido? ¿Has conectado con la historia desde un principio?
Acabo de salir del cine 