Me da la impresión de que no paro de ver películas de 2015. Voy con retraso de dos años. Mentira. Voy con un retraso descomunal en general. No he visto Pretty Woman. Algún día os diré por qué no me gusta Julia Roberts.
Me da la impresión, también, de que no paro de ver a esta pareja protagonista en todas partes. Por ejemplo, en Café Society. O en Adventureland. ¿Cómo se organizan? ¿El director de casting elige a uno y al momento surge el nombre del otro de la nada?
Mike Howell (Jesse Eisenberg) es un joven que no tiene ninguna motivación y que vive junto a su novia Phoebe (Kristen Stewart) en una pequeña y aburrida ciudad. Un día, su vida da un giro inesperado cuando el pasado de Mike vuelve para perseguirle y se convierte en el blanco de una operación de alto secreto del gobierno
Pues sí. Tercera película que veo en menos de un año con esta curiosa pareja como protagonista. Ninguno de los dos me entusiasma demasiado (tal vez Kristen Stewart en Personal Shopper me llamó más la atención), pero dentro de lo raros que ambos parecen dentro y fuera de la pantalla, se les nota cómodos uno junto al otro.
American Ultra es un refrito de muchos géneros, puestos al tuntún sin demasiada cohesión entre ellos. Desde las películas de espías, pasando por la relación romántica cuasi adolescente; hay referencias claras a El show de Truman en la imposibilidad de Eisenberg de salir de su pueblo sin sufrir ataques de ansiedad; también recuerda al «cine de fumados o colgados» —se me viene a la mente Jay y Bob el silencioso contraatacan, pero seguro que hay ejemplos mejores—; la ultraviolencia de que hace gala (decir gore me parece exagerado) la presenta como comparable, pero claramente inferior a otra gran película de 2014: Kingsman.
Tampoco queda claro si nos movemos en el género de la acción o de la comedia, sin que ambas partes terminen de casar correctamente. Empieza con un tono más cómico que haría de ella una película muy entretenida, pero al introducir las escenas de acción se trata de intensificar la tensión y no lo logran, perdiendo por el camino ese tono ligero.
Hay secuencias magníficas —disfruté en especial con la rodada con luz negra, por lo original y porque imbuye a los protagonistas de un mayor ridículo si cabe; algunas de las secuencias de acción son también memorables, grabadas a gran velocidad y donde apenas da tiempo a ver todo lo que está sucediendo. Además, tiene cierta estética ochentera y, especial, un aire a videojuego que hará las delicias de los más nostálgicos.
Pero salvo esas pequeñas notas, American Ultra no ofrece mucho más que un espectáculo palomitero, perfecto para una sesión sin más pretensiones que pasar un rato agradable y sorprenderse con algún que otro sartenazo.
¿Habéis visto American Ultra? ¿Creéis que hay química entre Eisenberg y Stewart? Tenéis los comentarios a vuestra disposición.
Acabo de salir del cine 